En cada campaña, Horcaol cultiva unas 200 hectáreas de zanahoria de mesa y comercializa en torno a 17 millones de kilos de este producto, bajo tres nombres: ‘Horcaol’, ‘El Caballero’ (con el que exportan a Portugal) y ‘Vitalcampo’, «nuestra marca de mayor calidad. También contamos con marcas blancas de distribución», explica Beatriz Lara Revuelta, responsable de calidad de Horcaol.
Esta empresa cuenta con 7 líneas de embolsado, tres de ellas para confeccionar bolsas de medio y un kilo, otras tres para confección de bolsas de 2,5 y 10 kg y otra para las bandejas también de medio y un kilo.
Si por algo se diferencian sus zanahorias de otras es por los estrictos controles del departamento de calidad de esta empresa, y por la calidad y la frescura de sus productos. «El lema de Horcaol es: ‘Nuestra calidad una firme apuesta por la salud’, y es que las condiciones climatológicas, unido a la singular composición de los terrenos de producción, conforman un marco único para la formación y el desarrollo de nuestras zanahorias».
Cada parcela está seguida secuencialmente por el departamento de campo de Horcaol, comenzando por la selección de parcelas, el análisis de tierra y del agua de riego, la preparación de los terrenos y abonado, la determinación de las semillas adecuadas a cada época y parcela -no usándose en ningún caso variedades genéticamente modificadas-, «los procesos de siembra, los tratamientos con productos equilibrados con el medio ambiente y que garanticen la seguridad de las especies animales, hasta la salud de las personas consumidoras. Y es que, previa a la recolección se establecen, parcela a parcela, los controles óptimos de madurez y análisis de residuos que garantizan la máxima seguridad alimentaria».
Trazabilidad
A su vez, el control de recolección y traslado de los productos hacia la planta de proceso es seguido íntegramente por las personas técnicas de Horcaol para asegurar una correcta aplicación de los procesos de trazabilidad de cada lote. «También hemos de reseñar las auditorias a que son sometidos nuestras personas asociadas en conceptos como el control de calidad y la organización estructural de tareas, y equipamientos. Con este proceso, Horcaol garantiza una correcta aplicación de los tratamientos y una seguridad absoluta en las tareas periódicas en el campo».
Horcaol ha tenido la permanente preocupación de obtener una diferenciación de sus productos y ofrecer a su clientela y personas consumidoras finales un producto de calidad. «Hemos luchado por conseguir la implantación y certificación de sistemas de calidad exigentes en materia de seguridad alimentaria, higiene y mejora continua. Por ello, desde el año 2004 contamos con las siguientes certificaciones: Producción Integrada de Castilla y León, Global G.A.P. y BRC».
Una vez que los departamentos de campo y calidad dan el visto bueno a la recolección, la zanahoria se recoge según los pedidos que tiene la empresa en cada momento, «de tal forma que el producto sea lo más fresco posible. Siempre intentamos que el tiempo entre recolección y el consumo de la zanahoria sea lo más corto que podamos».
La zanahoria llega a Horcaol en grandes sacos (big-bag) de 1.000 kilos o a granel. Una vez en la cooperativa, el producto se vuelca en la línea de lavado. «De ahí pasará a una cinta quitatierras, para eliminar las impurezas y mandarlas al exterior de la nave; posteriormente, a las tolvas de remojo, donde estarán un tiempo para quitar el barro que puede venir adherido a la zanahoria».
El nuevo destino del producto de Horcaol durante su particular viaje es una lavadora, donde se procede al lavado con agua «de nuestro propio sistema de depuración» para, después, pasar por una ducha y un quitahierbas. «Luego, las zanahorias van a un quitatrozos y a unas lavadoras cepilladoras -cepillan la zona exterior del producto para que éste quede más liso».
El viaje continúa hacia el hidrocooling, «donde la zanahoria recibe agua fría y se le baja la temperatura de golpe para conseguir una frescura y una turgencia del producto mayor». Una vez finalizado este proceso, se procede al calibrado de la zanahoria según las peticiones de la clientela. «Posteriormente, pasaría a las cintas de selección, donde el personal realiza una selección visual del producto. Todo los destríos que se observan saldrían al exterior, y son utilizados como alimento animal por ganaderías de la zona».
Finalmente, las zanahorias, bien son envasadas según las siete líneas de envasado de las que dispone la empresa, o son introducidas en un big-bag de 1.000 kilos de peso. «Después de realizar todas las confecciones, irían a una cámara de refrigeración, que está a 3 grados centígrados y cuenta con un 98% de humedad, antes de su transporte hasta la empresa cliente. La empresa cuenta con un sistema de trazabilidad informatizada donde podemos saber todos los procesos por los que ha pasado la zanahoria, hasta llegar incluso a la parcela, sabiendo todos los tratamientos y todos los manejos que se han hecho en el campo».
‘Tierra de Sabor’
Según Roberto de Castilla Hernández, gerente de Horcaol, la creación de la marca ‘Tierra de Sabor’ ha sido «todo un acierto. Con ella hemos conseguido lo que hacía mucho tiempo estábamos necesitando: dotar a los productos de calidad de Castilla y León de un prestigio y reconocimiento. Además, con ‘Tierra de Sabor’ se han dado a conocer en todo el territorio nacional. Por eso seguimos apostando por esta marca, porque creemos que tiene un gran futuro y es de gran ayuda para las industrias de la región».
Noticia publicada en nortecastilla.es